La
publicidad vive a toda velocidad, de acorde a la evolución de la tecnología, la necesidad de ampliar mercados y la búsqueda incesante de la interacción y el rendimiento en una sociedad tan competitiva. Ya no vale exclusivamente la eficacia a la hora de transmitir. Se hace imprescindible agotar la
imaginación, exprimir la
originalidad y apelar a la
innovación para atraer la atención del consumidor, todo bajo el equilibro que debe proporcionar la calidad.
El
cine es en la actualidad uno de los aliados perfectos del
publicista, cómplice en el diseño de estrategias que permitan que el mensaje pueda acceder al consumidor. El
Festival de Cine Publicitario de Cannes es reflejo de la evolución de la relación entre ambos sectores. Desde hace 55 años se hace eco de los avances en este terreno, metido en un apasionante espiral de desarrollo.
Una colección de los trabajos más representativos proyectados en Cannes se traslada a
ALCINE para ofrecer aquellas obras en las que los creadores están obligados a comprimir su talento en una ráfaga de bobina. Cine que se consume en segundos y que, lejos de lo que pudiera parecer, sigue con extrema rigurosidad las convenciones narrativas, con su argumento construido bajo las coordenadas de introducción, nudo y desenlace.
Productos diseñados para impactar, encandilar a los ojos y agasajar al resto de los sentidos.
Creatividad, técnica y efectividad de la mano. Lo demostrarán las piezas que se proyectarán en una sección que ya goza de un hueco de privilegio dentro de la programación del Festival. Se proyectarán los días 14 y 15 de noviembre en los Multicines Cisneros.