El cortometraje ha sobrevivido a todos los males que le hieren desde hace decenios: a su escasa rentabilidad, a sus pocas ventanas de exhibición, al nulo aprecio que la crítica ha demostrado por él, a las etiquetas más tópicas y fáciles, etc. Sin embargo, la producción de cortometrajes no desciende y, aunque sea visto así por el gran público, no únicamente un reducto para los aprendices de cineasta. A pesar de ser el formato propio de las escuelas de cine y de aquellos que dan sus primeros pasos en el séptimo arte, también son muchos los cineastas de todas las latitudes y de trayectorias más que consolidadas que, sin embargo, siguen acudiendo a él cuando las circunstancias se lo permiten. Citar a Antonioni, cuyas dos últimas películas son cortos, o a Wim Wenders, Jim Jarmusch, Víctor Erice, etc., puede bastar para darnos cuenta de que no se trata de un formato marginal o de aprendizaje, sino de un campo en el que la libertad creativa y las posibilidades artísticas siguen seduciendo a cineastas de prestigio.
El planteamiento de esta obra no es otro que el de dar a conocer los cortometrajes de alguno de los mejores cineastas de la historia del cine. La intención no es otra que poner al cortometraje en su lugar y demostrar que detrás de todo gran cineasta, suele haber uno, varios o muchos cortos. La selección de directores no trata de ser definitiva, sino, más bien, un primer paso en el descubrimiento de la faceta menos conocida, aunque determinante, de cada cineasta. Entre esos directores, podremos ver algunos ya fallecidos y otros muchos en activo, incluso alguno con una incipiente pero más que prometedora carrera, con el fin de mostrar un abanico lo más amplio y variado posible. En futuras publicaciones se seguirá dando cuenta de los cortos de los grandes cineastas, con lo que se intentará poner un poco de luz sobre una de las muchas zonas en sombra de la historia del cine.
Hitchcock, Rossellini, Ford, Truffaut, Bertolucci, Scorsese, Von Trier o son solo algunos de los nombres que figuran en esta selección que nos mostrará facetas desconocidas de estos maestros del cine, y que también nos permitirá percibir las huellas, constantes o marcas de estilo presentes en sus cortos. Como señala Hilario J. Rodríguez en la introducción, “para observar el estado real del cine en cualquier período concreto de tiempo, no hay mejor manera que prestándole atención a los mejores cortometrajes realizados, porque en ellos la personalidad de sus responsables casi siempre se despliega al cien por cien, poniendo de relieve características formales y narrativas desconocidas de las que carecen las películas comerciales”.