'Yo solo miro' no deja indiferente. ¿Cómo reaccionó a la primera lectura del guión?
Al leerlo me asusté un poco, porque exigía zambullirse en sentimientos y emociones muy contradictorias. Gorka enseguida me transmitió toda su ilusión por el proyecto, conectamos y decidimos ir adelante.
Interpreta a una mujer de clase media que se enfrenta a la verdad de su matrimonio.
Teníamos claro que ni la venganza ni el odio eran los sentimientos que movían a esta mujer, sino todo lo contrario, un intento desesperado de recuperar el amor de su marido.
Hay una interpretación fundada en el uso del silencio.
El silencio es algo que acompaña a esta mujer. El movimiento se produce en su interior a partir del descubrimiento que hace. Vive toda una revolución interna hasta llegar a la decisión que toma para intentar recuperar a su marido.
¿Es la peor de las soledades, como invita a reflexionar el cortometraje, la que se vive en compañía?
Pasa en muchos matrimonios. Aunque haya amor, está adormecido por la costumbre y la rutina. En este caso, el descubrimiento que hace supone un revulsivo, puesto que se da cuenta de que ama a su marido.
Intercambia proyectos en cine, teatro y televisión. ¿Qué le aporta el rodaje de un corto?
Un corto se hace por amor a lo que te gusta de verdad. Se aprovecha cada segundo, es una excelente forma de aportar algo que tiene que ver exclusivamente con la creación artística.