Las dos son guionistas y han dado el salto a la dirección, ¿por qué tomaron esta decisión?
(Estíbaliz Burgaleta): Hemos estudiado en la Escuela de Cine y, a pesar de estar allí tres años, nunca encontramos a un director con el que nos entendiéramos tan bien como para que hubiera un trabajo en equipo de verdad. La mayoría te envían a escribir sus propias historias y te quedas sin hueco. Ha sido la manera de intentar hacer bien tu propio trabajo, porque un guión, si no, se queda en papel y nadie lo ve. Luego está la experiencia y el aprendizaje que ha supuesto.
Un 'bicho raro', concepto sobre el que teorizan, ¿se nace o se hace? Las dos cosas, hay de todo. La idea del corto es que todo el mundo, en algún momento y en mayor o menor grado, se siente así, incluso quien aparentemente no lo es. Cualquier persona tiene una pequeña parcela extraña para los demás.
Recibir el premio de Mejor Guión siendo guionistas profesionales, ¿un doble halago?
Hace más ilusión, porque es de lo que más controlamos. Es nuestro primer corto y somos conscientes de que aún tenemos muchas carencias como directoras.